Historia de Puerto Gaboto. Camino al Quinto Centenario
Objetivos de la expedición de Gaboto.
Por Prof. Ricardo N. González.
Se capituló que la armada constaría de cuando menos tres naos, y que no pasarían de seis, en cuyo caso las que se aumentasen no deberían bajar de cien toneladas. La tripulación no debería pasar de 150 personas entre marineros 5 oficiales. En cuanto a los armadores de Sevilla la expedición no pudo tener otro objeto que el de descubrir islas que como las Molucas, pudiesen dar especies. Para Carlos V, empero, esto no debió de ser más que un objeto muy secundario, puesto que acababa de despachar, a expensas del real erario, la armada de Garcia de Loaysa, que partió de la Coruña el 24 de Julio de 1525, con los mismos rumbos y empeño. Pensamos que lo que más influyó para que Carlos V fomentase la expedición de Gaboto fue la necesidad en que aquel se hallaba de mandar practicar ciertas observaciones geográficas, cosa que en aquel momento se lo haría notar éste, pero que en realidad se hacía sentir ya cuando Juan Diaz de Solis hizo su viaje en 1515.
El mapa de Turin, y el mapamundi anónimo de Weimar, procedente de los hidrógrafos de Sevilla con fecha de 1527, nos demuestran que la costa del Pacífico, en el Nuevo Continente, estaba sin explorarse desde los 50° sur hasta los 12° de latitud norte; es decir, a la parte del sur desde el punto en que Magallanes puso proa a España, llamado en el mapa turinés *Tierra de diziembre* hasta la región ocupada por Gil González Davila en 1523-24, según los planisferios de Weimar. Era pues indispensable que recorriese toda esa vasta extensión de costa, desde que los españoles aún no se querían convencer que continente era la América del Sur, y eso que todas las costas orientales habían sido exploradas por muchos pilotos españoles desde Vicente Yañes Pinzón hasta Magallanes. A esto se refiere aquella expresión en las capitulaciones con los armadores de Sevilla, según el resumen de ellas que nos da Pedro Mártir.--«a tergo nostri putati continentis.» Estas palabras son las mismas con que se instruyera a Juan Diaz de Solis en 1515— «de ir á las espaldas de la tierra, donde agora está Pedro Arias» . Soy de parecer a juzgar por el objeto que llevaban las expediciones de Solis y de Diego García (que no fue más que continuación de la anterior), como también por el curso que se les daba a los grandes ríos del Brasil (según el trazo que de ellos se hacía en los mapas más antiguos del Nuevo Mundo) que los cosmógrafos españoles creían que existía, al norte del estrecho de Magallanes, un pasaje que se comunicaba con el Rio de Solis (el de la Plata; que conducía al Mar Indico, y formaba una vasta isla de la parte meridional de nuestro continente. La cuestión más bien es si Sebastian Gaboto debió hacer su exploración de la costa del Pacífico, antes, o después, del descubrimiento de las islas de la Especie; en otras palabras, si al salir del estrecho de Magallanes, debió navegar recto al oeste o descubrir primero las costas occidentales del Continente Americano. Si hemos de estar a lo que dice Pedro Mártir, Gaboto debió navegar en línea recta de Sevilla al estrecho de Magallanes qué atravesaría, y después de tomar rumbo al noroeste descubriría los mares entre el Trópico de Capricornio y la Equinoccial, en busca de islas de las especies. Enseguida de haber dado con tales islas se le ordenaba que cambiase de rumbo, que atravesase el Pacífico y llegase al continente de América más o menos por la altura de Panamá, y que recién entonces se pusiese a descubrir la costa del sud-oeste, hecho lo cual pondría proa a España por el estrecho de Magallanes. Según Herrera sólo una de las carabelas debió recorrer la costa del Nuevo Mundo en el Pacífico, el resto de la armada seguiría rumbo hacia el noroeste. No dice Herrera si fue la intención de Gaboto de volver por el estrecho de Magallanes, o por el cabo de Buena Esperanza. Los agentes diplomáticos en la corte de Carlos V nos cuentan otro cuento. Por ejemplo: Gaspar Contarini, que merece todo crédito por haber estado en contacto continuo con Gaboto, en aquel tiempo expuso él en persona, por ante el Senado de Venecia, el 16 de Noviembre de 1525, que el rey de España acababa de armar una expedición destinada a descubrir «toda la costa y partir en seguida para las Indias. Opinamos que el informe de Contarini está en lo cierto, no sólo porque ello se ajustaba bien a lo que a España convenía en aquel entonces, sino también porque así nos explicamos el proceder y oposición intentada por los armadores de Sevilla tan luego como se hicieron cargo de cuáles eran las intenciones del rey.
Aquí queda muy claro que Sebasti{an Gaboto debía navegar de España hasta el estrecho de Magallanes, cruzar al océano Pacífico e ir a las islas Molucas en busca de ESPECIES. Una vez cargados sus barcos debía volver a la costa oeste sudamericana y desde la altura de Panamá viajar hacia el sur hasta el estrecho de Magallanes explorando toda la región. Hecho esto debía regresar a España con cargamento y buena información. Esto es lo que no se cumplió al decidir cambiar el rumbo. Pero también viendo que a su regreso, si bien fue enjuiciado por desobediencia y condenado al destierro el cual se cumplió parcialmente y bajo la protección de la reina, Sebastián Gaboto fue tenido por un importante asesor de la Corona por sus conocimientos obtenidos en éste viaje.

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