Una Nave de
Sebastián Gaboto habría terminado hundida cerca del Riachuelo en Buenos Aires
en 1538.
Prof. Ricardo González
Cómo ya he mencionado en otros
artículos referidos a la expedición de Sebastián Gaboto al Río de la Plata (o
de Solís), que terminó con la fundación
del fuerte Sancti Spíritus el 9 de junio de 1527 en la desembocadura del río
Carcarañá en el río Coronda, la expedición constaba de 4 naves. La capitana
llamada Santa María de la Concepción (hundida frente a las costas de Brasil),
la Santa María del Espinar, la Trinidad y el bergantín San Gabriel de Miguel de
Rifos. Estando aquí en suelo americano
se construyeron otras naves de menor tamaño para navegar por ríos y arroyos
durante la exploración. Así en San Salvador se construyó la galeota Santa
Catalina, en Sancti Spíritus el bergantín San Telmo y dos barcas pequeñas sin nombre.
Cuando Gaboto decide volver,
luego de la destrucción del fuerte Sancti Spíritus, a España lo hace en la
Santa María del Espinar, en la Trinidad (con muy pocos hombres) y en la Santa
Catalina que se estrella en la Isla San Gabriel. Por lo tanto a España retornan
dos embarcaciones.
En 1531 y ante la situación
económica desesperante por la cual atravesaban los ex compañeros de Gaboto, el
otrora alguacil de la Armada y tenedor de bienes de los difuntos don Antonio
Ponce, entabló juicio a la Corona para que se paguen sueldos atrasados y por
las informaciones aportadas al Estado. Así la Corona dispuso la venta de la
nave SANTA MARIA DEL ESPINAR que se vendió para tal fin. Si bien ese parecería
el final de la historia de las naves de Gaboto, otro hallazgo permite abrigar
dudas acerca de que una de las naves que trajo en 1538 a Buenos Aires el
genovés LEON PANCALDO podría ser la nave de Gaboto. Aquí les dejo ésta nueva
historia que no deja de sorprender.
“La noticia del descubrimiento
del Perú por Francisco Pizarro y lo que se contaba de las riquezas fabulosas
del Imperio de los Incas, despertaron en muchos los deseos de pasar a aquellas
regiones. En ciertos comerciantes aparecieron
ideas de despachar algunas expediciones que les permitieran colocar allí por
precios elevados las mercaderías que los conquistadores podrían necesitar.
A fin de realizar una de esas
expediciones se asociaron el mercader genovés Juan Pedro de Bibaldo, los
cargadores valencianos Urbano Centurión y Francisco Pozobonelo, Pedro Antonio y
Juan Bautista, todos al parecer italianos, y Tomás Rico; compraron una nave vieja llamada SANTA MARIA, quizás
la misma que había utilizado Sebastián Gaboto en su viaje al Río de la Plata en
1526, la tripularon con 60 personas, casi en su totalidad levantiscos y
portugueses, nombraron por maestre a Juan Grao, de Piloto a León Grimaldo, y
como PATRON a LEON PANCALDO…Cargaron sedas, brocados, paños de lana, lienzos,
ropas hechas, calzado, corambre, vinos, aceite y especiería, y se hicieron a la
vela desde Cádiz…en el mes de setiembre de 1537. El intento de la expedición
era llegar al Perú pasando por el Estrecho de Magallanes…habiendo penetrado en
el Estrecho, León Pancaldo no pudo desembocar por él, y hubo entonces de volver
sobre sus pasos para dirigirse al río de la Plata, en la expectativa de vender
el cargamento a los españoles que allí estaban con don PEDRO DE MENDOZA.”
Llegaron al río de la Plata el 25 de febrero de 1538 pero no sabían donde
se encontraba Buenos Aires, entonces anclaron cerca de la isla de San Gabriel y
el mismo Pancaldo con una nave de menor porte comenzó a explorar río arriba sin
encontrar en varias leguas ni indio ni cristiano alguno. El resto de la
expedición al mando de Bibaldo lo esperó allí en ese fondeadero. Las
provisiones empezaron a escasear y la tripulación comenzó a intranquilizarse
por la demora de Pancaldo. Hasta que el 7 de abril divisaron una vela que se
acercaba remontando el río, era el galeón Santa Catalina al mando de Antonio
López de Aguiar. Allí reciben la noticia que Pancaldo había salvado
providencialmente su vida porque naufragó su barca y venía a su encuentro de a
pie. Bibaldo y López de Aguiar resuelven esperar a Pancaldo e ir todos juntos
hasta el puerto de Santa María del Buen Aire (Buenos Aires) donde se hallaba
Mendoza y su gente.
Dice José Toribio Medina:
“Sucedió esto el día miércoles
después de pascua florida, y habiéndose acordado que López de Aguiar marchase
con su galeón adelante, porque calaba mucho menos, partieron en conserva, y el
domingo 28 de abril, en la tarde, al enfrentar el sitio que estaba fundado Buenos Aires, vieron
venir de tierra un batel, porque el día estaba muy claro, vista que produjo a
la tripulación de la Santa María tal contento, que largaron el timón y la
sonda, y la nave fue a dar en seco en un banco, quedando tan maltratada que se
tuvo por mejor dejarla allí, salvando mercaderías, aparejos, velas y anclas. Pancaldo
y sus compañeros vendieron en Buenos Aires las mercaderías que llevaban, casi todas
al fiado…Ya fuese por falta de embarcación con que regresarse a Europa, o lo
que es más probable, en espera que le pagasen por sus mercaderías, Pancaldo se
hallaba en Buenos Aires aún un año más tarde. Falleció allí a principios de
agosto de 1540”.
El lugar del hundimiento de la
Santa María sería en la entrada del Riachuelo. El diccionario Biográfico
Italo-Argentino de la Asociación Danta Alighieri en la biografía de León
Pancaldo dice: “La Santa María fondeó frente a la ciudad en abril de 1538,
piloteada por Antonio López de Aguiar, al entrar al Riachuelo el buque tocó
fondo y varó”
La firma comercial que había
contratado a Pancaldo trató de cobrar algunas de esas deudas. Para eso habían
contratado dos factores que enviaron al Río de la Plata. Pero lo único que
lograron fue vender el resto de las mercancías que quedaban, cobrando con los
mismos pagarés.
Los tripulantes de la expedición
de Pancaldo no volvieron todos a Europa, algunos quisieron quedarse. Así se
convirtieron en los primeros italianos que se establecieron en nuestra tierra
descontando los que vinieron con Caboto, que no se habían quedado.
La llegada de la expedición de
Pancaldo a Buenos Aires tiene una inmensa importancia; ya que salvó de morir de
hambre y frío a los conquistadores de Mendoza. La nave de Pancaldo fue una
salvación. Los conquistadores pudieron vestirse con nuevas y buenas ropas,
cambiar sus armas destruidas, y disfrutar de diferentes lujos como jabón,
peines y muchas cosas más.
Así encontramos una relación
entre estas dos expediciones al río de la plata separadas por una decena de
años: la de Gaboto y la de Pancaldo. Ya sea a través del supuesto de que la
nave de Pancaldo haya sido la misma que la de Gaboto como dicen varios testigos,
como por el hecho de que ambos fueron
italianos, uno VENECIANO y el otro GENOVES que se aventuraron hacia el río de
la Plata en la esperanza de hacer dinero y encontrar riquezas.
Fuentes
Medina José Toribio: Algunas noticias de León Pancaldo y de
su tentativa para ir desde Cádiz al Perú por el Estrecho de Magallanes
1537-1538.
Documentos juicio López de Aguiar c/Pancaldo 1538 en Buenos
Aires por cobro de derechos de pilotaje y salvamento.
Este sitio debería ser declarado de interés cultural por la pcia y la nación. Los felicito.
ResponderEliminarMaximiliano Leo.