UN MEDICO PARA EL PUEBLO...


(Base documental Poema de Quintino Plaza de 1953 titulado Historia Completa de Héctor Rubelino Ojeda García que pasó en Gaboto?)

La historia que aquí vamos a contar sucedió en Puerto Gaboto allá por el año 1952.

El nombre del protagonista, Héctor Rubelino Ojeda García…? Conocido por los gaboteros como el DOCTOR RUBELINO.
Escribimos éste suceso respondiendo al pedido del poeta gabotero don Quintino Plaza, realizado a todos los habitantes de éste querido pueblo costero, quien al final de sus versos dedicados al caso del Dr. Rubelino nos decía:

Antes de finalizar quiero hacerles un pedido,
Que no echen al olvido, como dije al empezar,
Deben siempre recordar lo que en Gaboto pasó,
Porque según creo yo, los años no han de borrar”

Qué sucedía en la Provincia de Santa Fe?
Corría el año 1951, época de la Primera Presidencia del General Juan Domingo Perón. En la provincia de Santa Fe, los nuevos vientos políticos que soplaban desde Buenos Aires, habían instalado como gobernador al ingeniero Juan Hugo Caésar. Este había ganado las elecciones derrotando al radical Agustín Rodríguez Araya. Durante los gobiernos peronistas santafesinos (1946-55) puede observarse que para mantener una de las premisas partidarias “gobernar es generar trabajo”, se crean gran cantidad de cargos públicos para empleados especializados (sobre todo en áreas de Salud, Educación, Promoción Social) y se incorporan una cantidad considerable de agentes de policía. La estadística provincial muestra que en el año 1952 se crearon 30855 puestos públicos, de los cuales 27065 fueron designados directamente por el Poder Ejecutivo (“cargos políticos”). (*) La crisis económica desatada entre fines de 1951 y comienzos de 1952; la convocatoria a elecciones para el año 1952; la lucha interna por la gobernación crearon condiciones de enrarecimiento político provincial y la necesidad de los distintos actores políticos de salir en busca de los votos necesarios para garantizar un triunfo electoral. En éste escenario provincial se inscribe el nombramiento del llamado “Doctor Rubelino”, como médico para Puerto Gaboto.

Un médico para Puerto Gaboto…
Como todos los gaboteros sabemos, la necesidad de médicos permanentes en el Hospital local ha sido una demanda que ha estado presente en nuestras vidas desde siempre. Por eso cuando el peronismo, con sus ideas de justicia social, de educación pública y salud para todos, llegó al poder en la provincia con el triunfo del ingeniero Juan Hugo Cáesar, desde Puerto Gaboto no tardaron en hacerle llegar el pedido de UN MEDICO PARA EL PUEBLO. En éste contexto llega el Doctor Rubelino de la mano del Ministro de Salud Provincial a tomar posesión del Hospital de Puerto Gaboto, unos meses antes de las elecciones. Dice don Quintino Plaza:


Lo que en Gaboto pasó no lo borrarán los años.
Quizás sea otro desengaño de los tantos que sufrió.
Pueblo humilde que esperó con paciencia y con amor,
Los servicios de un doctor que tantas veces pidió.

Transcurrió así un año y medio y el médico no llegaba,
Quizás era que esperaban que el 11 se aproximara,
Cuando menos se esperaba que el Ministro lo traería,
Una noticia surgía con inmensa rapidez
El Pueblo entero de pie al hospital se encamina.
Sin pensar de que más tarde, a tiros lo sacarían.

El día 13 de setiembre del año 51
En un momento oportuno el Ministro apareció
Diciendo les traigo yo lo que tanto me han pedido
Un DOCTOR muy entendido y que es toda una eminencia
¡Muchas gracias su Excelencia! Contestó el pueblo reunido.

Dijo: mucho me ha costado conseguir este doctor
Por lo tanto con amor ustedes han de tratarlo,
Procurando ayudarlo y de este modo seguir,
Yo no puedo concebir que los médicos sean malos
O que será malo el pueblo que nadie quiere venir.

El Ministro prosiguió, pido al pueblo que lo cuide,
Y que ninguno se olvide las frases que pronuncio
Que lo atiendan pido yo, cuando ya esté entre nosotros,
Porque si lo dejan ir no les voy a traer otro.

La Señora de Sodero, pronunció un breve discurso,
Después el Ministro puso en posesión al Doctor.
En esta unidad mayor un vermouth se preparaba
Para obsequiar al Ministro antes de que se retirara.


No todo se había dicho en el discurso… Sigue diciendo Quintino Plaza:

El Ministro agradeció esta fiel demostración
Que se brindara en su honor y después se retiró.
El Pueblo prometió que al médico cuidaría
Pero hubo una picardía que no se atrevió a expresarlo
Que pasando las elecciones, él pensaba retirarlo.

El Doctor Rubelino entre los gaboteros.…


Lo cierto fue que el Doctor entre nosotros quedó.
Miles de enfermos curó demostrando su saber,
Fue siempre amigo fiel, un hermano cariñoso,
Su corazón generoso fue para todos igual,
Sembró del bien la semilla y recogió la del mal.

Hoy el pueblo le agradece casi en su totalidad,
El puso la voluntad sin cobrar sus intereses,
El aprecio se merece por su obra bienhechora.
Fue médico a toda hora para quien lo precisó.
Esfuerzos no escatimó y por salvar una vida.
A la par de su caballo hasta el río cruzó.


Complot y ataque al Hospital de Puerto Gaboto… Seguimos al poeta en su descripción de los hechos.


Llegaron las elecciones y el complot ya en marcha va,
Cuatro cobardes de acá le hacían comunicaciones.
Falsas mentiras por cierto. El Ministro sabiendo esto
Que el pueblo su orden cumplía
Viendo que ya no podría al médico retirar
Pensó entonces aplicar su obra de policastro,
Lo más monstruoso y fantástico que se pueda imaginar.

Nunca, nunca olvidaremos el 22 de diciembre
Una madrugada clara de luna resplandeciente
Cual unas sombras dolientes, un piquete se aproxima
Dos linternas iluminan ese indefenso hospital
Mientras que las carabinas cumplen su obra infernal.

Yo ya no encuentro palabras para poder explicar
Tirotear un hospital estando lleno de enfermos
Creo que ni en el infierno, sucedería un caso igual
Pongámonos a juzgar esta injusticia tremenda
Que nos dejó como ofrenda una autoridad provincial.

En esta lucha desigual, el doctor resultó herido,
Otros fueron detenidos y el médico al hospital,
Y como broche final al hospital penetraron,
Los enfermos apalearon buscando armas y municiones.
Revolvieron los colchones y los papeles quemaron.

No conforme todavía con todo lo que habían hecho,
Se fueron al cementerio a sacar algunos muertos,
Por qué Dios permitirá que haya seres tan perversos
Que ni aún estando muerto se tiene tranquilidad.
Viven solo haciendo daño a toda la humanidad.



Hasta aquí seguimos el relato de don Quintino Plaza (testigo presencial) del hecho. Sabemos que a don Quintino y a otros gaboteros ( que esa fatídica noche del 22 de diciembre de 1952 estaban en el Hospital cuando la policía de Coronda por orden de la Superioridad Provincial, ataca a tiros el hospital de Puerto Gaboto en busca de Rubelino), los detuvieron y que esposados el día 31 de diciembre del mismo año los llevaron a Tribunales. Todos fueron liberados, el delito que se les imputaba no era otro que “mantener la promesa que el pueblo de Pto Gaboto le hiciera al Ministro: cuidar al médico”.
Sobre Héctor Rubelino Ojeda García surgen muchas incertidumbres. Algunos desconfían de que éste haya sido su verdadero nombre (aunque las denuncias se hayan realizado sobre éste nombre). Hay quienes sostienen que el Gobierno de Santa Fe pide su destitución porque no tenía el título de Médico que lo habilitara para ejercer la profesión (pero fue el mismo Gobierno Provincial quien lo nombró); otros sostienen que fue debido a una “MALA PRAXIS” que deriva en la muerte de un menor en Puerto Gaboto que se le inicia una causa penal y por eso lo sacan de nuestro Hospital (después de varios años las causas quedan sin efecto ya que no se pudo comprobar ésta situación); no faltan las versiones que hablan de celos profesionales de médicos de la zona quienes habrían contribuído a su destitución (versiones que carecen de sustento documental); otras que su militancia política en el peronismo le había hecho ganar muchos enemigos vinculados al mundo de la política departamental y provincial quienes trabajaron para sacarlo del medio.
Lo cierto es que de Puerto Gaboto, Rubelino es trasladado herido en la pierna derecha a un hospital de la ciudad de Santa Fe donde le prestan los primeros auxilios. De allí lo enviaron a la cárcel de las Flores y posteriormente lo internan en un Hospital Psiquiátrico. De allí un Juez retoma el caso y viendo que la causa no contaba con las pruebas suficientes lo pone en libertad, después de varios años de cárcel y padecimientos. Sobre éste final también es su amigo Quintino Plaza quien nos cuenta lo vivido:


A la cárcel de las flores más tarde fue trasladado
Cierta vez solicitamos al director del penal
Queríamos visitar al amigo Rubelino
Otorgó nuestro pedido en un permiso especial
Enseguida a preparar y en un camión nos dirigimos
Unos veinticinco amigos rumbeamos a ese lugar.

No tardamos en llegar todos feliz y contentos
Solo esperando el momento para poder conversar
Todos queríamos estar al lado de nuestro doctor
Pero que desilusión una sombra parecía
Ya tan poco quedaba de toda su valentía

Lo traían entre dos, alzado al igual que un niño
Mudo, sordo, paralítico, en un ex hombre convertido
Obra de los grandes pillos que hoy hablan del patriotismo.

Internado en un Psiquiátrico
Se ve caminar de a ratos apoyado en dos muletas
Porque su pierna derecha por hoy se encuentra inactiva
Aquella bala homicida que aquel sicario arrojara
Como en tiempos de Quiroga época sangrienta y bárbara

En calidad de demente fue internado en el psiquiátrico
Y tendría para rato si no se hubiera avivado
Su defensor que cansado de ver tamaña injusticia
Y para exigir justicia y pedir su libertad
A la cárcel nuevamente lo hizo trasladar.

Este caso inesperado que al juez se le presentó
Que quizás no imaginó que esto pudiera pasar
No pudiendo comprobar ningún delito inventado
Ni procesos ensayados lo tuvieron que largar
Entre todos sus amigos, hoy se encuentra en libertad.


Para finalizar ésta narración…
Aún en tiempos de guerra un Hospital se respeta
Acá no se tuvo en cuenta ese detalle importante
Sebastián Gaboto, el navegante, cuando a estas tierras llegó
Un fuerte acá construyó, que ya ni rastros quedaron
Los salvajes le quemaron lo que había construído
Luego la civilización quemó el Hospital a tiros.

Sabemos que éste hecho histórico sucedido en Puerto Gaboto en 1952 puede suscitar numerosas polémicas y distintas interpretaciones. Desde el Centro de Estudios Históricos Pto Gaboto seguimos apostando a contar las historias porque aunque algunos molesten son parte de la MEMORIA COLECTIVA. En éste caso cuantas amarguras posteriores hubiésemos evitado los gaboteros si hubiésemos sabido la historia del DOCTOR RUBELINO y la vinculación entre la SALUD DE UN PUEBLO Y LOS MANEJOS POLITICOS QUE DE ELLA SE HACE PREVIO A LA REALIZACION DE ELECCIONES. La historia no se repite pero la verdad es que muchas veces se PARECE. Otra vez decimos PUERTO GABOTO: QUE NOS PASO?


(*) BACOLLA, NATACHA
«Política, administración y gestión en el peronismo histórico.
Un estudio de caso: Santa Fe, 1946–1955», ESTUDIOS SOCIALES.
Revista Universitaria Semestral, Año XII, Nº 22·23, Santa Fe, Argentina,
Universidad Nacional del Litoral, 2002 (pp. 125-144).

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