ALONSO DE SANTACRUZ, el cosmógrafo de la expedición de Sebastián Gaboto.
Por
Prof. Ricardo N. González
Hoy quiero dejarles algunos datos de un
personaje que tuvo mucha importancia en la expedición que comandó Sebastián
Gaboto y que fue la fundadora del pueblo y fuerte Sancti Spíritus (actual
Puerto Gaboto, pcia de Santa Fe), Primer Asentamiento Europeo en el río de la
Plata allá por el 9 de junio de 1527.
Voy a contarles la historia de Alonso de Santacruz, el cosmógrafo
de Gaboto. Muchos de ustedes se preguntarán ¿qué es un cosmógrafo y que función
tenía en una expedición ultramarina en el siglo XVI? Pues bien, un cosmógrafo es aquella persona
que se dedica a la práctica de la cosmografía, entendiendo a ésta como la
ciencia que se basa en la confección y análisis de mapas del globo terráqueo.
La palabra cosmografía proviene del griego, idioma en el cual cosmos significa
‘espacio’, ‘universo’ y graphia significa ‘representación’,
‘gráfico’. Así, la cosmografía no es otra cosa que la representación gráfica
del universo conocido, especialmente del planeta Tierra en toda su extensión y
también de la bóveda celeste. La cosmografía es una ciencia muy antigua que
existe desde que el hombre comenzó a analizar el cielo y a través de los astros
pudo empezar a conocer las extensiones y formas del espacio. La cosmografía ha
variado mucho a través de los tiempos de acuerdo al modo en que los mapas se
han ido confeccionando, pero siempre ha sido (y lo sigue siendo) de gran
utilidad para el ser humano debido a que es la ciencia que le demuestra y le
permite conocer el planeta tal como es.
La COSMOGRAFIA ganó especial importancia a partir de la Modernidad, momento en el que, gracias a la expansión ultramarina europea (con el descubrimiento de un Nuevo Continente) y al avance del comercio marítimo, los científicos debieron desarrollar mapas cada vez más exactos y completos para el uso de marinos y navegantes. De allí que la existencia de un cosmógrafo en una expedición fuera un dato de relevancia.
La COSMOGRAFIA ganó especial importancia a partir de la Modernidad, momento en el que, gracias a la expansión ultramarina europea (con el descubrimiento de un Nuevo Continente) y al avance del comercio marítimo, los científicos debieron desarrollar mapas cada vez más exactos y completos para el uso de marinos y navegantes. De allí que la existencia de un cosmógrafo en una expedición fuera un dato de relevancia.
Hay que recordar que el objetivo primordial de la Corona Española que
firma las Capitulaciones con Sebastián Gaboto es el de “mandar a practicar
ciertas observaciones geográficas”. Esas observaciones geográficas consistían
en levantar mapas y planos exactos de las costas del Nuevo Continente sobre el océano
Pacífico. Desde Panamá hacia el sur, tratando de encontrar algún paso más al
norte del estrecho de Magallanes que permitiera un comercio más rápido y seguro
con las islas Molucas o de las especies. Por eso el viaje de Sebastián Gaboto
contempla diferentes intereses y objetivos deducibles de documentos y de
acciones de los protagonistas. Los “armadores” que financiaban la expedición
querían que llegara a las Islas Molucas y cargara las valiosas especies que
traídas a España significarían importantes ganancias para los inversores; la
CORONA ESPAÑOLA en su lucha por explorar y anexar nuevos territorios frente a
otras potencias europeas deseaba tener toda la información posible de las
nuevas tierras que se descubriese y sus potencialidades naturales (de ahí que
se incluyera a un cosmógrafo en la expedición); pero también Sebastián Gaboto
tenía intenciones particulares al respecto. Un dato curioso es que Gaboto al
llegar a Cabo Verde (archipiélago africano sobre el océano atlántico a 600 km
de Senegal) dio la orden de cambiar de rumbo hacia las costas de Brasil (lo
cual tenía prohibido por (Capitulación), lo que puede interpretarse como un intento de llegar hasta
el río de Solís y buscar noticias del País del Rey Blanco. Es probable que por
sobrevivientes de la expedición de Solís que volvieron a España en 1516, haya
tenido informes sobre las riquezas minerales de la zona y que decidiera pasar
por Brasil para actualizar informaciones y datos.
En el viaje de Sebastián Gaboto, el padre de Alonso
(Francisco de Santa Cruz) aportó bienes a la expedición, cuyo
aporte fue el mayor de todos los armadores a excepción del Rey e hizo partícipe a su hijo de la travesía como veedor, debido a la gran inversión que en
ella se hacía. La expedición intentaba descubrir
la ruta más corta hacia el Pacífico.
Alonso era hijo de Francisco de Santa Cruz y María de Villalpando, Alonso
tuvo, según los archivos, un hermano y una hermana. Nacido en un ambiente
acomodado, adquirió una educación completa, tanto en las ciencias de su época
como en los clásicos, en historia y en literatura contemporánea. Su época de
estudiante no está documentada. Su padre, activo armador de barcos para
viajes de Ultramar, tuvo el título de alcalde del Alcázar de Sevilla, lo que le
autorizaba a residir allí. La proximidad del Alcázar a la Casa de Contratación
le debió procurar un conocimiento íntimo de lo que sucedía en el
puerto, lo que posibilitó al joven Alonso un contacto frecuente con los hombres
de mar. Las noticias de los nuevos mundos más allá del océano intrigaba al
muchacho y, a los veinte años, se las arregló para apuntarse como tesorero y
tenedor de libros al viaje de Sebastián Gaboto. La misión
de esta expedición consistía en encontrar una ruta más corta hacia el Pacífico,
en busca de Ofir y Tarsis. En este viaje, que duró desde 1526 hasta 1530, Santa
Cruz trabó buen conocimiento de la costa sudamericana. Mostró pericia en la
construcción de instrumentos y cartas marinas y regresó a casa convertido en un
experimentado cosmógrafo. Fue enviado a formar parte de la junta de expertos
reunida para preparar otro viaje de exploración, junto con Hernando Colón, Francisco Faleiro y el mismo Gaboto; colaboró con el diseño de
instrumentos y mapas en los preparativos de dicho viaje, que debía dirigir
Gaspar Revelo y que no llegó a realizar nunca. Después de las deliberaciones,
sin embargo, Santa Cruz estuvo considerado entre los primeros cuando el Consejo de Indias
necesitaba expertos en náutica. En 1536 fue comisionado para diseñar un mapa
patrón o "Patrón real". En 1537 y 1539, según él mismo cuenta, estuvo
en la Corte, donde asesoró al emperador sobre materias de filosofía, astronomía
y cosmografía. En la Corte ganó no sólo prestigio y fama, sino también un nombramiento
real de tipo administrativo, cuya renta se le pagó, sin embargo,
irregularmente, por lo que Santa Cruz, a lo largo de su vida, tuvo que reclamar
los pagos que se le debían. A partir de 1540 parece que se apartó de
la Corte, ya que se conservan noticias de sus viajes. En su visita a Lisboa
estuvo en relación con Joäo de Castro, cartógrafo y cosmógrafo de vasta
experiencia en las Indias orientales, autor del famoso Roteiro del
Mar Rojo y el Océano Índico, quien se comportó de modo sumamente abierto,
dándole incluso algunos de sus mapas. Durante la década de los cuarenta,
Santa Cruz trabajó como historiador: escribió una crónica de los Reyes
Católicos (1490-1516) y otra del emperador Carlos I, que llega hasta 1551.
Existe también un informe que indica que Santa Cruz trabajó en una colección de
mapas de todas las naciones europeas, en un libro de astrología y sobre varios
instrumentos. Pidió que se le asignase una residencia en el Alcázar de Sevilla,
posiblemente tanto en recuerdo de sus felices años infantiles, como porque se
encontraba enfermo y, sin duda, debido al costo cada vez más
elevado de los alquileres en la ciudad. En 1554 fue llamado a la Corte para
formar parte de la junta que debía examinar un instrumento ofrecido por Petrus Apianus
para solucionar el problema de hallar la longitud en el mar; Santa Cruz probó
que dicho instrumento era similar a uno diseñado por él mismo. Instruyó al
joven príncipe Felipe, heredero de Carlos I, en filosofía moral, escribiendo un abecedario
virtuoso y construyendo astrolabios, cuadrantes y brújulas para él. A
pesar de los muchos memoriales y servicios que ofreció gratuitamente al Consejo
de Indias, no hizo ninguna gestión para obtener un nombramiento en dicha
institución. En 1563 le fue concedida una pensión anual por el rey que le
permitía vivir sin empleo en Sevilla; no obstante, en 1566 redactó un detallado
informe acerca de la situación geográfica de las Molucas, como miembro de la
junta convocada a este propósito. Dejó una inapreciable colección de trabajos,
un inventario de los cuales se conserva. En 1572, pocos años después de su
muerte, sus bienes se pusieron a disposición del cosmógrafo mayor del Consejo
de Indias, Juan López de Velasco y, desde entonces, se
han perdido en mayor parte.
La
producción científica de Santa Cruz que se conserva consiste en mapas, cartas
de marear y textos. Hay 218 piezas cartográficas que constituyen una
incomparable obra en lo que se refiere a la representación de los territorios
entonces recién descubiertos, el número y la novedad de las proyecciones en
ellas utilizadas y la variedad temática, que abarca desde mapas de ciudades (el
más famoso es el de la ciudad de México, como las primeras ilustraciones de
costumbres populares y otros aspectos) hasta colecciones completas, como la de
"todas las naciones europeas". Tremenda importancia la de éste expedicionario gaboteano, su trabajo cartográfico cambió la forma de navegar y pensar el mundo conocido. Además el orgullo de que estuvo casi dos años viviendo en Puerto Gaboto (pueblo y fuerte de Sancti Spíritus). Otra historia para nuestro pueblo.
Fuentes:
BLÁZQUEZ Y DELGADO-AGUILERA, Antonio: Libro de las longitudes y manera que
hasta agora se ha
tenido en el arte de navegar. Sevilla, 1921.
"Islario General de Santa Cruz", Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 40 (1918), 7-88, 231-264, 283-292, 492-516; 41 (1919), 69-128, 217-288, 437-480, 504-728. II.
"Islario General de Santa Cruz", Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 40 (1918), 7-88, 231-264, 283-292, 492-516; 41 (1919), 69-128, 217-288, 437-480, 504-728. II.
MEDINA, José Toribio: El veneciano
Sebastián Caboto al servicio de España [2 vols]. Santiago de Chile: Universidad, 1908.
PAZ Y MELIÁ, Antonio:
"Los cosmógrafos Alonso de Santa Cruz y Andrés García de Céspedes: una
superchería en favor del último", Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 21
(1909), 315-320
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