Puerto Gaboto...CUNA DE LA AGRICULTURA ARGENTINA.
Por Prof. Ricardo N. González
El 10 de julio de 1528 un marinero de
la expedición de Sebastián Gaboto, llamado Luis Ramírez escribía
una carta a su padre donde contaba detalles de dicha expedición que
se encontraba en tierras del Río de la Plata.
Hace una descripción brillante del
asentamiento fundado por Gaboto a orillas del río Carcarañá
diciendo “el
señor Capitán General tenía su asiento, que eran 60 leguas por el
Paraná arriba, y allegó la galeota allí á San Lázaro víspera de
Nuestra Señora de Agosto deste dicho año de 1527, y partimos de
allí á 28 del dicho mes, y llegamos al Carcarañal, ques un río
que entra en el Paraná, que los indios dicen viene de la sierra,
donde hallamos quel señor Capitán General había hecho su asiento y
una fortaleza harto fuerte para en la tierra, la cual acordó de
hacer para la pacificación de la tierra...Es
la tierra muy sana y muy llana, sin arboledas; hay en ella muchas
maneras de cazas, como venados y lobos y raposos y avestruces y
tigres: éstos son cosa muy temerosa; hay muchas ovejas salvajes, de
grandor de una muleta de un año, y llevarán de peso dos quintales;
tienen los pescuezos muy largos á manera de camellos; son extraña
cosa de ver: allá invía el señor Capitán General alguna á S.
M.”.
El
trigo fue introducido en América desde Europa por los conquistadores
españoles, quienes incluían el pan en su dieta diaria.
El veneciano Sebastián Gaboto es el responsable de
su llegada al Río de la Plata, en 1527, siendo el primero en
realizar una pequeña siembra en el fuerte Sancti Spiritus, al
margen del río Carcarañá, en la provincia de Santa Fe. Sus hombres
conocían el proceso de siembra, recolección y trituración del
trigo para convertirlo en pan. Utilizando los granos de trigo que traía en sus barcos, Gaboto ordenó que de forma experimental se trabajara la tierra y se sembraran esos granos. El resultado fue sorprendente por la feracidad de la tierra virgen del fuerte Sancti Spíritus y esos granos tuvieron rindes excepcionales.
Al respecto dice el historiador Amadeo P. Soler
“...los
ocupantes de “Sancti Spíritus” solían abandonar las guardias
durante las madrugadas para ir a labrar y cuidar sus sembradíos, de
hecho esos cultivos no era de maíz o ˝abatí˝ como lo llamaban los
indios, que era sembrado por éstos, quienes lo conocían desde
tiempo inmemorial por ser un producto americano. Los conquistadores
tenían preferencia por la cebada, legumbres y consiguientemente por
el trigo. La semilla utilizada en estos labrantíos no procedía,
como es imaginable del resultado de aquellas 50 plantas primitivas,
si es que habían germinado todas, sino de la semilla adicional
aportada por otras reservas. La siembra intensiva del trigo hizo
proliferar el volumen de las cosechas a tal punto que Gaboto, después
de los 823 días del fuerte, no quería volver a España sin antes
recoger en el mes de diciembre la cosecha que le serviría de
alimento para la vuelta.
Diez años más tarde DOMINGO DE IRALA, a su paso por Sancti Spiritus, observó que los aborígenes habían aprendido la lección: sembraban trigo en las costas de nuestros ríos Coronda y Carcarañá y conocían las fechas óptimas de siembra y recolección, que en la zona se daban dos veces al año.
Con lo dicho queda explicada la parte anecdótica que es muy buena como curiosidad y que a LUIS RAMIREZ el cronista y corresponsal de la expedición le parecía “cosa misteriosa”, aunque señalaba que esa siembra (la de los 50 granos) se hizo para “probar”. La otra, la que se hizo en los cortijos de “tierra sana y de mucho fruto”, es la que dio nacimiento a nuestra agricultura triguera.
Diez años más tarde DOMINGO DE IRALA, a su paso por Sancti Spiritus, observó que los aborígenes habían aprendido la lección: sembraban trigo en las costas de nuestros ríos Coronda y Carcarañá y conocían las fechas óptimas de siembra y recolección, que en la zona se daban dos veces al año.
Con lo dicho queda explicada la parte anecdótica que es muy buena como curiosidad y que a LUIS RAMIREZ el cronista y corresponsal de la expedición le parecía “cosa misteriosa”, aunque señalaba que esa siembra (la de los 50 granos) se hizo para “probar”. La otra, la que se hizo en los cortijos de “tierra sana y de mucho fruto”, es la que dio nacimiento a nuestra agricultura triguera.
La siembra se repitió los dos años siguientes,
pero finalmente el fuerte fue abandonado debido a la belicosidad de
los indígenas. No así la siembra del trigo, que siguió ( en
escasas proporciones ) por tres siglos; alrededor de las aldeas y en
parcelas muy limitadas, a salvo de los malones y del ganado cimarrón,
mas no alcanzando a cubrir siquiera las necesidades de la población.
Como consecuencia, era frecuente la importación de harina, aunque en
escala reducida.El trigo fue, por lo tanto el cultivo pionero o
fundador de la colonización agrícola de la región pampeana.
Un párrafo aparte merece Sebastián Reyna quien fue
el encargado en el fuerte Sancti Spíritus de rotular y trabajar la
tierra. Por ende le cabe el título del primer agricultor en tierras
argentinas.
Por lo expuesto el actual Puerto Gaboto cuenta en su
historial con ser la cuna de la agricultura argentina ya que en sus
tierras se sembró por primera vez y se cosechó TRIGO.
Fuentes:
Carta de Luis Ramírez, 10 de julio de
1528
Amadeo P. Soler: Los 823 días del
fuerte Sancti Spíritus
Báez,
J. R.: "La Primera Colonia Agrohispana en el Río de la Plata -
Sancti Spiritus, cuna de la Agricultura Platense", en Revista
Argentina de Agronomía Tomo II - 1944.
Diario La Nación artículo “Para una
historia del trigo en Argentina” (29/05/2004) de Teresa
Piossek Prebich.
Ruiz
Moreno Lucrecia: Breve Historia de los comienzos del trigo en
Argentina.
Alvarez
Lucrecia: El trigo en Argentina.
Barsky-Gelman:
Historia del Agro argentino; desde la conquista hasta comienzos del
siglo XXI
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