PERSIGUIENDO SUEÑOS: Historias de Inmigrantes
Entre 1870 y 1950 la República Argentina constituyó uno de los principales países
receptores de la gran corriente emigratoria europea. Diversos fueron los
motivos que llevaron a miles de personas a trasladarse desde Europa a “América” (extrema pobreza, servicio militar
obligatorio de 3 años en España, en Italia las epidemias de cólera en los
siguientes períodos: 1835-37; 1854-55; 1865-67; 1884-85, la dificultad de
mantener familias numerosas, guerras, etc.) pero sin dudas la persecución de un
sueño de conseguir el bienestar y la
felicidad propia y de la familia debe haber sido la razón determinante para
encarar la aventura de atravesar el océano e instalarse en un país desconocido.
Nuestro Puerto Gaboto también recibió a éstos aventureros perseguidores de
sueños y ansiosos de paz, tierra y trabajo. La llegada masiva a partir de 1870
hizo que la sociedad gabotera se transformara. No solo por la cantidad sino por
las características culturales que cada nacionalidad traía. Es notable éste
cambio, en el Censo Nacional de 1869 solo el 1% (uno por ciento) de los
habitantes de Puerto Gaboto era de origen extranjero, ya en 1887 (Primer Censo Provincial) la
población creció y con ella el porcentaje de inmigrantes ascendió al 17 %
(diecisiete por ciento). En 1895 ese número rondaba al 24,5 % (veinticuatro y
medio por ciento) de nuestra población; es decir que la cuarta parte de la
sociedad de Puerto Gaboto era oriunda del Viejo Continente. Si bien en nuestros
registros históricos-demográficos encontramos personas, que vivieron en Puerto
Gaboto a fines del siglo XIX y principios del siglo XX , de origen francés,
inglés, prusiano, austríaco, belga, alemán, sirio-libanés, sueco y suizo,
fueron los italianos y los españoles los que más inmigrantes aportaron. Es
importante destacar que los italianos que se establecieron en nuestro distrito,
la gran mayoría, contrajo matrimonio y fundaron familias numerosas pero siempre
entre “paisanos”, es decir que predominó el casamiento entre personas de la
misma nacionalidad: el italiano buscaba casarse con italianas. Esto lo decimos
porque no fue así con la colectividad española que se mezcló con nuestros
“criollos”, la mayoría provenientes de provincias vecinas a Santa Fe. Estas
características permitieron identificar en la sociedad gabotera a los
“gringos”, que predominaron en las áreas rurales, y a los “criollos”. Y otro
aporte curioso es el hecho de que la mayoría de los españoles que llegaron a
Puerto Gaboto entre 1870 y 1900 eran hombres solteros que venían a trabajar,
principalmente, al saladero de Zamora o eran comerciantes atraídos por la
bonanza gabotera. Cuando éste se cerró muchos de ellos se fueron hacia Entre
Ríos o Buenos Aires en busca de los nuevos frigoríficos que se abrieron. Los
que quedaron se dedicaron a la horticultura, tambos (algunos vascos españoles)
o la pesca. No así los italianos ya que muchos de ellos trajeron ya una familia
armada o la armaron casándose muy
jóvenes acá, y buscaron tierras para labrar y echar raíces en la pampa
santafesina. Esta es una posible explicación
del por qué nuestros “gringos” se establecieron, principalmente, campo adentro formando colonias,
predominantemente agrícolas.
Aquí resaltaremos dos familias cuyos ancestros fueron de origen italiano y
español, que llegaron, se establecieron y echaron sus raíces en nuestro pueblo
y hasta el día de hoy podemos encontrar a sus descendientes caminando sus
calles. De la parte italiana hemos elegido a la FAMILIA EYDALLIN y de la parte
española a la FAMILIA IGLESIAS.
FAMILIA IGLESIAS.
El origen de este familia española se remonta a Alvar de Iglesias, o
de la Iglesia, un guerrero que participó en la conquista de León en el año 725,
con don Pelayo. Es uno de los 100 apellidos más frecuentes en España.
Tiene su raíz en la zona de
Galicia y durante años se extendió por toda la península ibérica, llegando
hasta nuestro continente con las sucesivas inmigraciones.
Si bien desde el año 1527 han
llegado permanentemente españoles, de distintas provincias, a Puerto Gaboto no
es menor el detalle que atraídos por el
auge económico del Saladero de Zamora, la existencia de tierra fértil
disponible, el crecimiento poblacional, el fomento estatal a la inmigración
europea que permitía viajar no cómodo pero sí barato hasta nuestras tierras
muchos gallegos, andaluces, vascos, catalanes, etc. emprenden su viaje en busca
de mejorar sus condiciones de vida que eran extremas y muy limitadas, en su
mayoría, en la España de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Entre ellos llega al puerto de
Rosario JOSE IGLESIAS proveniente de la provincia de Lugo en GALICIA. El
primero de ésta familia gallega en arribar a la Argentina. José se declara en
el censo de 1895 como Español, de 30 años, de oficio peón o jornalero, casado en
1893 con Teresa de Iglesia (española de
26 años y madre de un hijo, de 1 año en
1895, llamado igual que su padre José).
Al tiempo de su arribo se trasladan a la zona rural del Distrito Puerto Gaboto.
Recordemos que nuestro distrito tenía como límites a los pueblos de Barrancas,
Díaz, Carrizales, Serodino y Oliveros (las actuales poblaciones de Maciel,
Monje y Puerto Aragón se hallaban dentro del distrito Puerto Gaboto). Una vez
instalada la familia llega un hermano de José Iglesias llamado FERNANDO IGLESIAS
de 17 años (nacido en Galicia) también en busca de trabajo y de un porvenir.
Fernando llegó para quedarse definitivamente en nuestro solar gabotero. José
junto con su familia emigró hacia la Provincia de Buenos Aires y le propuso a
su hermano que lo acompañara pero éste en varias ocasiones se negó porque
seguramente ya había encontrado SU LUGAR EN EL MUNDO: Puerto Gaboto. Aquí Fernando se casó con Cecilia Mandón (párrafo
aparte merece la familia Mandón llegados desde Santiago del Estero hace muchos a
Puerto Gaboto y de muchos integrantes en nuestra localidad) y de éste matrimonio
nacieron sus hijos: Fernando (conocido como Fernandito), Rosario (conocida como
Rosarito), Pedro (Pedrito), Pantaleón (Panta), José, María, Roberto (garrincha) y Eusebia.
El equipo del Centro de
Estudios Históricos “Puerto Gaboto” entrevistó al único sobreviviente de estos
hermanos, llamado ROBERTO
CLAUDIO IGLESIAS más conocido en el pueblo como
“garrincha”. Roberto nos recibió en su casa de la calle castellanos de Puerto
Gaboto junto a su compañera Betina y entre mate y mate fue desandando recuerdos
y anécdotas de su familia y del pasado gabotero que, hoy a sus casi 76 años,
vienen a su memoria. Cuenta Roberto, que su padre Fernando después de un
entredicho familiar sucedido con sus padres en su Galicia natal toma sus
pertenencias y viaja en barco hacia la Argentina donde se encontraba su hermano
José. Recuerda que su padre le contaba lo sorprendido que había quedado cuando
el barco que lo traía hizo escala en la ISLAS CANARIAS por la belleza de su
vegetación, pájaros y paisajes. Una vez en nuestro suelo se instaló por muchos
años como peón rural en los campos de Licey, cercanos a la estancia de Chiesa
donde realizaba todo tipo de tareas, pero la actividad principal se daba en
épocas de cosecha. Por estos años había mucho trabajo en Puerto Gaboto, en el
campo, en el puerto y luego en las arroceras. “Al haber trabajo todas las
familias para las fiestas tenían su lechón o algún cordero para compartir, hoy
la cosa es diferente”, nos comenta. Tiene lindos recuerdos de su infancia
cuando corría detrás de los carros que traían cereal al puerto de Gaboto, junto
a otros chicos con gomeras, cazando palomas que seguían el rastro del cereal
derramado. O cuando en su inocencia de niños esperaban debajo de la
alcantarilla grande el paso del tren para escuchar su sonido y verlo bien de
cerca. Otro dato interesante que nos aporta Roberto es que en su niñez, junto a
otros chicos gaboteros, tenían trabajo en las arroceras, el oficio de ESPANTAR
LOS PAJAROS: niños y no tanto con latas, tarros y palos hacían un ruido
infernal para que los pájaros se alejaran del lugar y no comieran las semillas.
A esto se sumaba el oficio del BOMBERO, que no era el de apagar incendios como
sucede en la ciudad sino el de tirar bombas de estruendo para espantar a las
bandadas de patos asentadas en los arrozales.
El paso del tiempo hizo que asumiera otras responsabilidades y así junto
a sus hermanos José y Pantaleón echó las redes a las aguas del río Coronda y
como buen gallego se dedicó a la pesca. De ahí surge la foto, que atesora con
aprecio, de un surubí de 57 kg que sacó y que si bien hoy es imposible de
imaginar, hace años en
Puerto Gaboto estos peces existían. Sus recuerdos se
mezclan entre el festival del Chamamé en el Club Deportivo Gaboto con los
inolvidables Mario Millán Medina y Antonio Tarragó Ros, los viajes del
“trencito” (coche motor), la maratón acuática, las carreras de lanchas, la vida sacrificada del pescador y como
nosotros también se pregunta QUE NOS PASO?, qué fue de aquellos tiempos donde
su padre, un pibe de 17 años abandonara su país natal, cruzara un océano inmenso y viniera a éste suelo con la esperanza de conseguir una mejor vida? Qué es lo
que cambió? Por qué antes los jóvenes venían a Puerto Gaboto en busca de sueños
y con esperanzas, y hoy los jóvenes emigran a otros lugares?.
Como vimos del matrimonio de Fernando Iglesias y de Cecilia Mandón
nacieron varios hijos, éstos fueron formando sus propias familias y
emparentando a los gallegos Iglesias con familias criollas de apellido Mandón,
González, Castellanos, Reinoso, Chaparro, etc. cuyos descendientes aún hoy
viven en Puerto Gaboto.
Para finalizar queremos agradecer la atención, el tiempo y los
recuerdos que GARRINCHA compartió con nosotros y en él simbolizar nuestro
reconocimiento a todos aquellos GALLEGOS que vinieron a nuestro Puerto Gaboto y
formaron parte de nuestra sociedad y de nuestra cultura.
La FAMILIA EYDALLIN
La historia de ésta familia europea en Puerto Gaboto comienza
con el arribo de Gregorio Juan EYDALLIN allá por el año 1875, un
italiano nacido en 1835 en Saze
D´Oulx, Provincia de Turín, región de Piamonte, que hacia el
año 1887 contaba con 59 años, quien declaró como oficio ser
“encuadernador” y que se hallaba casado
con Angélica MARIO, italiana ella, de 61 años al
momento del 1º Censo Provincial. Se
casaron en 1852, en 1887 llevaban 35 años de casados. Con éste matrimonio
llegaron sus hijos: Alberto, Luisa y Adolfo (el francés) Eydallín.
1.- EYDALLIN Alberto
(italiano, 30 años, labrador, nacido en 1857) casado con Ludovica Picato – Campregher (italiana de Bañolo, 18
años). Se casaron en 1884 (3 años de
matrimonio al momento del censo de
1887). De aquí nacieron sus hijos:
Angela, María, Margarita, Luisa,
José, Juan, Emilio, Alberto,
Nicanor, Elena, Ostolia, y Linda Eydallín.
2.- EYDALLIN Luisa
(italiana, 23 años, casada con Benjamín
Tartaletti, italiano de 32 años, labrador).Se casaron en 1885 (2 años
de matrimonio en 1887). Hijos: Carlo, Angela, Yudit, y Francisco Tartaletti.
3.- EYDALLIN Adolfo (italiano, 28 años,
soltero, nacido en 1858). Al cual le agregamos nosotros el apodo de “el
francés” ya que su lápida escrita en éste idioma dice: “ICI REPOSE EYDALLIN ADOLPHE NE
AU SAUZE D´ OULX (ITALIE) LE 7 SEPTEMBRE
1858 MORT AU PORT DE GOMEZ LE 18 JUILLET 1887. SES SOUFFRANCES ENDUREES
PEDANT SA VIE ET SA RESIGNATION A LA
MORT LUI ASSURENTE L´ENTREE DANS LA CELESTE PATRIE. SON PERE A SON CHER FILS.
DOUX SOUVENIR”. Traducida expresa lo siguiente:
“Aquí descansa Adolfo Eydallín, nacido en Sauze D´Oulx (Italia) el 7 de
setiembre de 1858, muerto en Puerto Gómez el 18 de julio de 1887. Los
sufrimientos soportados durante su vida y su resignación a la muerte le
aseguran la entrada a la patria celestial. Su padre a su querido hijo. Dulce
recuerdo”.
Es bueno decir que la región del
Piamonte Italiano, por ser zona fronteriza con Francia y Austria fue ocupada y
anexada en varias oportunidades por la
primera. Recién entre 1860 y 1870 que se unifica totalmente Italia, ésta región
pasa a ser, después de la llamada “guerra de piamontización”, un Estado
Italiano con capital en Turín. Es por eso que no es extraño que personas, como
en el caso de Adolfo Eydallín, declaren ser italianas pero que hayan llegado a
nuestro país con documentos franceses o que su padre decida colocar un epitafio
en idioma francés que era la lengua hablada en el círculo íntimo familiar, como
si quisiera que su hijo entendiera su dolor.
Como mencionamos más arriba del matrimonio de Alberto Eydallín con Ludovica
Picato Campregher nacieron 12 (doce) hijos, entre ellos unos mellizos a los
que llamaron José Juan y Juan José
nacidos en Puerto Gaboto en 1892. El primero de ellos, José Juan Eydallín se casó con Carmen Acosta-Caminos (Carmela).
De allí nacieron: Francisco Aníbal (1919), José Miguel (gotera, 1921),
Bienvenido Oscar (1923), Armelinda Mercedes (1925), Adelicio Roberto (1927), Elena (1928),
Ernesto Florentino (1930), Jacinto Carlos (1932), María Ester (1933), Reinaldo
Abelino y Abelino Reinaldo (mellizos 1936), Rogelio Bidoglio (1938 y falleció
en 1939), Yolanda del Carmen (1941), Alberto Osvaldo (1945) y Mirta Beatriz .
Esta es la rama de la Familia Eydallín que hasta el día de hoy están en Puerto
Gaboto y a quienes fuimos a visitar.
Después de una visita que le hicimos,
donde nos recibieron amablemente, tan orgullosos de sus antepasados, donde se les notaba el amor en cada uno de
sus comentarios, sobre sus padres: Doña Carmela y Don José Juan, padres que les supieron dejar la herencia del
conocimiento de su descendencia, y de
tantas anécdotas familiares, claro eran otras épocas, donde la charla familiar
era cosa de todos los días, entre padres e hijos. Se les notaba, las ganas de
transmitirnos su historia familiar,
orgullosos de decirnos que siempre vivieron en la casa que habitan hasta hoy,
que fueron uno de los primeros en llegar al barrio sur allá por el año 1934,
debido al trabajo de su padre, que fue
portuario, sus hermanos trabajadores de la arrocera, conocedores de muchas
historias que pasaron, en su barrio: el
famoso BARRIO INDIANO. Nos comentan que por aquellos años había una gran
división: los del pueblo y los del barrio indiano. Circunstancia que creó no
pocos conflictos y peleas pero que el paso del tiempo, la acción socializadora
de la escuela y del deporte, principalmente de fútbol, fue limando hasta la
mínima expresión en la actualidad. Un
barrio nos decían donde, al igual que todo el pueblo, tenía trabajo en el puerto
y en las arroceras, donde había pocos
pescadores, todos preferían el empleo que daban estas empresas. ¿Otra época no les parece?,
estamos hablando de nuestro Pto Gaboto, si las cosas cambiaron, como nos decían
LOS EYDALLIN, y mucho, hoy en día nuestros pescadores tienen que estar
esperando de un subsidio, porque se les veda el derecho al trabajo. Donde los
jóvenes deambulan sin saber qué hacer con su tiempo. Bueno, otras épocas desde
todo punto de vista, y sí, son otros los
tiempos que transcurren, donde también surge la pregunta, ¿Qué nos Pasó? Estos
hermanos descendientes de europeos pero muy gaboteros con su charla amena nos
ayudaron a conocer y reflexionar sobre el pasado inmediato de nuestro pueblo,
que aunque algunos no quieran aceptarlo, ha sido GLORIOSO. Porque la gloria no
se mide solo por la cosas materiales, por el nivel de alfabetización o de
desarrollo económico (como algunos piensan) sino por el sentimiento de
grandeza, de hermosura, de admiración y de prestigio que una persona asume
frente a una realidad que la siente próxima, casi familiar. Esa realidad ha
sido y es nuestro pueblo: Puerto Gaboto y su gente.
Gracias Bety, Yolanda, Rengo y
Gordo: Los Eydallín
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