Conociendo un poco más a SEBASTIAN GABOTO (Prof. Ricardo González)



SEBASTIAN CABOTO
Seguramente habrá quienes se sorprendan y comenten que hay una equivocación en el título del presente artículo. Que no es Caboto sino GABOTO el apellido del fundador del Fuerte Sancti Spíritus. Polémica que nunca va a terminar, pero valga mi aclaración: tomo el apellido Caboto siguiendo a su biógrafo italiano Francesco Tarducci quien manifiesta que “ésta forma es casi la única que se empleó en los documentos españoles oficiales de su tiempo, cambiándola en pocas ocasiones en Gaboto, que fue como escribieron éste apellido Fernández de Oviedo, López de Gómara y Herrera” (Tarducci F: Juan y Sebastián Caboto, Apéndice I, págs. 313-314).
Podemos afirmar que Sebastián fue el segundo hijo de Juan Caboto (según letras patentes del 5 de marzo de 1496 otorgadas por el rey inglés Enrique VII donde aparecen mencionados sus hijos) y de doña Ana (sin registro de apellido), siguiendo los documentos surge que Juan Caboto era de origen genovés y que fue naturalizado como ciudadano de Venecia por decreto del 28 de marzo de 1476. Recordemos que Génova y Venecia en el siglo XVI eran reconocidas como las REPUBLICAS MARITIMAS, eran verdaderos imperios comerciales y marítimos de gran alcance.
Para más datos “La República de Génova estableció con una estrecha alianza con Imperio Bizantino, cuyo control territorial ya era muy reducido y se limitaba apenas a la región de Constantinopla y las islas del Egeo. A mediados del siglo XIV, varias familias genovesas establecieron acuerdos con los emperadores bizantinos en virtud de los que obtuvieron el dominio de varias islas: Tasos, Samotracia, Lesbos, Quíos, Samos… así como algunos fuertes en tierra firme. Durante el siglo XVI, Génova se convirtió en un Estado satélite del imperio español, dominante en el Mediterráneo occidental”. Estas alianzas la transformaron en un Estado Referencial a la hora de emprender cualquier actividad naviera-comercial, ya sea por sus conocimientos como por su calidad de hombres de la mar, como por sus riquezas que financiarían las expediciones.
Por su parte “La República de Venecia tuvo la mayor extensión territorial de las cuatro repúblicas marítimas y fue la que duró más tiempo, hasta el siglo XVIII. Su base era la ciudad de Venecia, construida en la Edad Media sobre varios islotes en una laguna en el extremo norteño del Mar Adriático. La flota mercante veneciana fue convirtiendo la ciudad en uno de los poderes fácticos del Mediterráneo Oriental y en un factor clave en las Cruzadas. Controló el Mar Mediterráneo y el Egeo casi completamente hasta 1796 año que Napoleón Bonaparte la anexó a su Imperio”.
No debe extrañarse el lector que muchos buenos navegantes europeos de finales del siglo XV y siglo XVI pidiesen ser ciudadanos de éstas verdaderas potencias marítimas, ya que ello les aseguraba organizar expediciones, trabajar y hasta tener un prestigio y reconocimiento de sus pares. En algunos casos, como el de Sebastián Caboto, ser requerido para servir a otras Coronas Europeas (Inglaterra y España) a partir de sus antecedentes. Los Estado Marítimos de Génova y Venecia tenían en claro que su poder radicaba en la cantidad de riquezas de que dispusieran por eso cada expansión era medida en términos empresariales, no tanto políticos y menos aún del orden social.
Así encontramos como el padre de Sebastián Caboto cambió su ciudadanía en 1476. Vivió en Venecia, donde trabajó de marino, durante 15 años y allí se casó con una veneciana de nombre Ana (desconociéndose su apellido) de donde nació Sebastián el 20 de enero de 1479. Hacia 1490 realizó un viaje a Arabia, desde donde trajo la noticia de cómo llegar a las Islas de las Especies por el Norte. Recorrió las Cortes de Portugal y España buscando apoyo para éste viaje pero no lo logró, recordar que en ese momento Cristóbal Colón estaba descubriendo el Nuevo Mundo y los portugueses ya tenían su ruta a las Especies vía el sur de Africa. Se trasladó a Inglaterra en 1495 junto a su familia radicándose en el puerto de BRISTOL, principal puerto inglés de la época. Según José Toribio Medina (escritor chileno biógrafo de Sebastián Caboto) “Juan Caboto vivió, desde su llegada a Inglaterra, ocupado de su profesión de marino, y solicitó en 1496 y obtuvo del rey Enrique VII, letras patentes que le autorizaban a él y a sus hijos Luis, Sebastián y Santos, organizar viajes para descubrir islas, países y regiones del mundo desconocidas para los cristianos”. Juan armó una nave y realizó su primer viaje en 1497 descubriendo tierras en la península del Labrador (actual Canadá). Es reconocida su exploración del norte del continente americano. “Caboto partió nuevamente de Bristol con un único barco, el Matthew, un pequeño barco de 50 toneladas y con 18 tripulantes, pequeño pero rápido y capaz. Zarpó en mayo (el 2 o el 20 de mayo) de 1497 y navegó a cabo Dursey (latitud 51° 36N), Irlanda. Arribó a la costa de Terranova el 24 de junio de 1497, creyendo que eran las costas asiáticas de Cipango. El lugar preciso es controvertido, con Bonavista o St John's en la isla de Terranova y también isla de Cabo Bretón, Nueva Escocia, Labrador o Maine. El cabo Bonavista es el lugar de arribada reconocido oficialmente por los gobiernos de Canadá y el Reino Unido. Sus hombres pueden haber sido los primeros europeos en poner pie en América del Norte desde los vikingos, ya que Cristóbal Colón no encontró tierras continentales en Sudamérica hasta su tercer viaje, en 1498, y las cartas que hacen referencia a un viaje de Vespucio en 1497, en general, se cree que son falsificaciones o falsedades. Caboto fue a tierra para tomar posesión de la misma y exploró la costa durante algún tiempo, partiendo el 20 de julio de regreso. En ese viaje, sus marineros pensaron incorrectamente que iban demasiado alejados al norte, por lo que Caboto navegó un curso más al sur, llegando a Bretaña en lugar de Inglaterra, y el 6 de agosto volvió a Bristol. Los descubrimientos de Caboto fueron la base para vindicaciones inglesas sobre Norteamérica”.
Hemos visto más arriba que Sebastián Caboto nació en Venecia, de madre veneciana. Que en los documentos se habla de que eran tres los hijos de Juan Caboto: Luis, Sebastián y Santos. Con respecto a su madre (de nombre Ana) no se tiene más datos ya que ni su esposo Juan, ni su hijo Sebastián la nombran en sus testamentos. Con respecto a Sebastián se sabe que en Inglaterra tuvo una hija de nombre ISABEL (fallecida en 1533), desconociéndose datos de la mamá de ésta. Este dato se desprende del testamento de William Mychell extendido en Londres el 20 de marzo de 1516 donde se expresa lo siguiente: “Dejo a Elisabet, hija de Sebastián Caboto….”. Según el historiador Harrisse, Mychell era el padrino del Isabel Caboto (John and Sebastian Cabot, pág. 380). Se supone que Sebastián Caboto enviudó y se trasladó a España en 1514 donde el 5 de febrero de 1518 fue contratado por la Corona de ese país como PILOTO MAYOR. Hacia 1523 se encontraba casado con otra viuda, llamada Catalina Medrano (quien falleció del 2 de setiembre de 1547). Esta había enviudado de Pedro Barba con quien había tenido una hija llamada Catalina como su madre. Al parecer no tuvo hijos con ésta, lo que sí se sabe es que el 25 de octubre de 1525 (mientras preparaba su expedición a las Molucas) consiguió mediante cédula real que de su salario de Piloto Mayor, se destinaran 25000 maravedíes anuales vitalicios a su “mujer” Catalina Medrano.
El 11 de mayo de 1548, antes de partir de España, Sebastián Caboto otorgó su testamento. Documento que instituye como heredera de sus bienes a Elvira Peraza (sobrina de Catalina Medrano comprometida con Cristóbal de Medina). Se marchó primero hacia Alemania donde se entrevistó con Carlos V donde reclamó sueldos atrasados y luego se dirigió a Inglaterra.
He aquí una pequeña confidencia que quiero dejarles. Sebastián Caboto se casó con Catalina Medrano, viuda de Pedro de Barba. Este era sobrino de María Cerezo quien fue la esposa de Américo Vespucio (Piloto Mayor de España y al que se debe el nombre de nuestro continente americano). Por lo tanto el matrimonio de Caboto con Medrano, en segundas nupcias, acercó a Caboto a la familia Vespucio. Un matrimonio muy conveniente y auspicioso para las ambiciones de Caboto al permitirle entablar amistad con navegantes importantes de su tiempo. Es decir le abrió las puertas a la élite de navegantes y cosmógrafos europeos de ese momento. Primer paso antes de ser nombrado PILOTO MAYOR DE ESPAÑA.

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